El Papa León, Dióscoros, y varios Obispos fueron invitados a asistir e investigar de nuevo la ortodoxia de Eutiques. El Papa no pudo ir, pero envió a tres delegados como sus representantes y portadores de cartas a personajes prominentes de Oriente y al inminente sínodo. Entre esas cartas, todas las cuales llevan la fecha 13 de Junio del 449, está una conocida como "Epístola Dogmática" de León I, en la cual explica el misterio de la Encarnación, con referencia especial a las preguntas elevadas por Eutiques. Así, él declaró que después de la Encarnación, que fue adecuada a cada naturaleza y substancia en Cristo, permanecieron intactas, ambas unidas a una única persona, de tal forma, que cada naturaleza actuaba de acuerdo con sus propias cualidades y características.
El Papa no dudó en condenar a Eutiques y su doctrina. El Concilio se celebró en Éfeso, en Agosto del 449. Sólo a los amigos y simpatizantes de Dióscoros y Eutiques se les permitió tener voz. El patriarca de Alejandría presidió e ignoró a los delegados papales, y no permitió que se leyeran en la asamblea las cartas del Papa León, incluyendo la "Epístola Dogmática". Eutiques fue declarado ortodoxo y reinstalado en su sacerdocio y oficio monástico. Por otro lado, Flaviano de Constantinopla y Eusebio de Doryleum fueron depuestos. El primero fue exilado, y murió podo después a consecuencia del maltrato, y le sucedió el diácono Anatolio, simpatizante de Dióscoros. Debido a la extrema violencia de Dióscoros y sus simpatizantes, esta asamblea fue denominada por León I el "Latrocinio" o Concilio de Éfeso del Robo, nombre que se ha asociado a él. Teodosio II, quien simpatizó con Eutiques, aprobó estos actos violentos; León I, por otra parte, cuando fue completamente informado acerca de lo ocurrido en Éfeso, en un sínodo en Roma y a través de varias cartas, condenó todas las Actas del Concilio así llamado. Rehusó también a reconocer a Anatolio como Obispo oficial de Constantinopla, al menos hasta que pudiese dar explicaciones satisfactorias acerca de sus creencias. Al mismo tiempo, exigió al emperador convocar de nuevo a un Concilio en Italia, para enderezar los errores cometidos en Éfeso. Como razón especial para la oportunidad, y aún, necesidad, de este nuevo Concilio, alegó la apelación del depuesto Flaviano de Constantinopla. Teodosio sin embargo, declinó satisfacer los deseos del Papa.
En esta etapa, la repentina muerte del emperador (28 de Julio del 450) cambió de una la situación religiosa del Oriente. Teodosio fue sucedido por su hermana Pulqueria, quien ofreció su mano y con ella el trono al valiente general llamado Marciano (450 - 457). Ambos se opusieron a la nueva enseñanza de Dióscoros y Eutiques, y Marciano de una informó a León I de su voluntad para convocar a un nuevo Concilio, de acuerdo al deseo del Papa. Mientras tanto, la situación había cambiado. Anatolio de Constantinopla, y con él, muchos otros Obispos, condenaron las enseñanzas de Eutiques y aceptaron la epístola dogmática del Papa León I. Cualquier otra discusión respecto al Dogma de Fe parecía superflua. Europa Occidental, mientras tanto, estaba en estado de agitación debido de los Hunos bajo Atila, por cuya razón, la mayoría de los Obispos Occidentales no podían asistir al Concilio convocado en el Oriente.
León I en consecuencia, se manifestó en varias ocasiones contra un Concilio y escribió en este sentido al emperador Marciano, la Emperatriz Pulqueria, Anatolio de Constantinopla y Julian de Cos; todas esas cartas llevan la fecha Junio 9 del 451. El 17 de Mayo del 451, Marciano emitió un decreto, en nombre también del emperador Valentiniano III (425 - 455), ordenando que todos los Obispos metropolitanos, con sus Obispos diocesanos, se reunieran en Septiembre de ese año en Nicea, Bitinia, para un Concilio general que tenía el propósito de poner en orden las materias de fe recientemente puesta en duda. Insatisfecho con esta acción, el Papa, sin embargo, estuvo de acuerdo en enviar sus representantes a Nicea. Designó como delegados a Pascasio, Obispo de Lilybeum, (Marsala) en Sicilia, Lucencio, también un Obispo, Julian, Obispo de Cos, y dos sacerdotes, Bonifacio y Basil; Pascasio debía presidir el cercano Concilio en lugar del Papa. Del 24 al 26 de Junio del 451, León I escribió varias cartas, al emperador Marciano, a su delegado Pascasio, a Anatolio de Constantinopla, a Julian de Cos, y al sínodo mismo; en las que expresaba el deseo que los decretos de la asamblea debían estar conformes con sus enseñanzas, expuestas en sus epístolas dogmáticas. También se dieron instrucciones detalladas a los delegados papales, con guías para el Concilio; estos documentos, sin embargo, se han destruido, con la excepción de dos fragmentos preservados por las Actas del Concilio.